Medal of Honor: Warfighter Vista

El origen de Medal of Honor: Warfighter es curioso. Fue el comando especial de nombre en clave Kevin quien entregó el borrador del guión a Greg Goodrich, productor ejecutivo de Electronic Arts, quien aceptó llevarlo a cabo porque «esa historia tenía que ser contada». Goodrich y un pequeño equipo de EA en Los Angeles comenzaron el desarrollo mientras el núcleo de la compañía trabajaba a pleno rendimiento en el Medal of Honor de 2010.

En Warfighter participarán todo tipo de fuerzas especiales: los británicos SAS, los australianos SASR, los alemanes KSK y los polacos GROM, aunque en el tráiler aparecen muchos más nombrados, como FSK/HJK, SFOD-D, JTF2 u OGA, entre otros. Goodrich explica esta decisión: «Si soy un niño de Polonia, no crezco queriendo pertenecer a los SEAL, sino a los GROM. Lo mismo ocurre con las demás partes del mundo». Obviamente, la unidad Tier 1 está de vuelta y también tendrá su parte de protagonismo. Una pequeña demo que se ha mostrado del juego deja clara su intención de ahondar más en el factor emocional de la guerra. Comienza con una conversación telefónica entre Preacher y su mujer Laina en la que terminan rompiendo. Goodrich destaca que «estos hombres pasan doscientos días al año en misión y otros cien entrenándose». Resulta que esta secuencia era un simple recuerdo de Preacher, quien se encuentra junto a su equipo y las fuerzas especiales Mako en Filipinas, donde un grupo terrorista ha asaltado el edificio Capitol de Isabela City y ha tomado rehenes.

Warfighter marca un punto de inflexión en la serie. «Todos los Medal of Honor de los últimos doce años se han centrado en una batalla identificable: Normandía, Market Garden, Pearl Harbour, incluso la operación Anaconda en el valle Shah-i-Kot. Éste es el primer MoH que no lo hace, sino que se basa en una amenaza», cuenta Goodrich. Esta amenaza toma la forma de un potente explosivo conocido como tetranitrato de pentaeritritol, PENT para los amigos, y una organización terrorista dispuesta a todo por sembrar el mal.

Frostbite 2 repite como motor gráfico después del impresionante resultado obtenido en Battlefield 3, aunque ha sido modificado ligeramente para adaptarse a Warfighter. Elementos como el agua o la destrucción de los escenarios se han llevado gran parte de la atención de la desarrolladora, que desea conseguir «naturalidad, no realismo».

Uno de los puntos en los que Warfighter quiere sobresalir es por plasmar cómo es la realidad en el campo de batalla, aunque los propios soldados admiten que el juego debe exagerar ciertos momentos. «Si veo una habitación con veinte hombres disparándome, ahí no entro ni a la de tres», explica Tyler. «Pero todo lo relacionado con la ambientación (el sonido, los diálogos, las armas, las charlas), todo eso podría ser auténtico y es totalmente plausible».

Por ahora, poco se sabe sobre qué aportará Warfighter en cuanto a nuevas mecánicas de juego en un género tan repleto de competencia, pero sí que promete un mayor realismo a la hora de contar una historia más personal, más alejada de la espectacularidad típica de Call of Duty. Estaremos atentos a las novedades y a ver si se anuncia la inclusión del Grupo de Operaciones Especiales (GOE), los boinas verdes españoles.

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